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Mirando la vida con otros ojos.....a través de la Psicología
La situación que
estamos viviendo es anómala y distópica, en la cual nos vemos obligados a salir
de nuestra zona de confort en la que solemos estar instalados, ¿qué quiere
decir esto?, que nos estamos enfrentando
a nuestros miedos, aún sin tener el control que creemos necesario para ponernos
frente a frente con lo que nos asusta, nos desestabiliza, o sencillamente no
entendemos.
Me gustaría
hablar de las emociones que se pueden estar intensificando durante este proceso
y qué podemos hacer para estar mejor y que nos afecte lo menos posible.
Una de ellas es
el miedo, que nos puede provocar
incertidumbre, pensamientos
negativos que fomentan la inseguridad, la sensación de “no control”, síntomas de ansiedad, estrés….
El MIEDO no solo tiene una vertiente
negativa, quizá cuando sea muy intenso, solamente percibimos esa parte que no
nos gusta y esa área desadaptativa, pero también tiene su misión, que en este
caso sería la supervivencia, por ejemplo podemos agudizar nuestro ingenio a la
hora de ver soluciones, para ello debemos trabajarlo, no negar lo que estamos
sintiendo y ver en qué me puede ayudar e intentar llevarlo a cabo. Desde el punto de vista psicológico podemos
ver qué se podría hacer en beneficio nuestro. Esta emoción nos ayuda a enfrentarnos si nos
vemos con la capacidad de luchar o bien, nos prepara para huir si no estamos
preparados para ese enfrentamiento.
Otra emoción
afectada podría ser el ENFADO o la IRA,
la utilidad de esta emoción es que nos impulsa a la acción y a la consecución
de metas, cuando estamos sintiendo rabia, estamos interpretando lo que vivimos
como una amenaza potencialmente peligrosa, de manera que desarrollamos esta
emoción como una forma de salvaguardar
nuestra integridad, bienestar y actuamos
en consecuencia hallando las formas de
ponernos en marcha mediante la defensa, así siendo más probable salir indemnes.
¿Esta situación
que estamos viviendo actualmente, qué
nos podría enseñar o en qué ámbitos podemos salir reforzados?.
- Analizar
lo que sentimos, a qué le tenemos
miedo, qué nos enfada, qué nos indigna,
poner de frente las emociones que tenemos, y ver qué nos pueden enseñar
esas emociones concretas, ya que una vez que tengamos esa información
disponible, será más fácil, ponerle límites, buscarle soluciones y formas
de enfrentarnos a los que nos sucede.
- Apreciar
los pequeños detalles y el valor de lo que nos rodea. Ya no solo de
aspectos materiales, sino a lo que se refiere con nuestro entorno social, palabras de ánimo, charlar, tomarnos con humor
el día a día, hacernos reír, tener tiempo para disfrutar de ver una película,
serie, leer un libro, tiempo para la reflexión….
- Comprobar
nuestros valores personales como la fortaleza, paciencia, valentía…,
sacando lo positivo que hay en nosotros, todas las personas tenemos mucho que
ofrecer a los demás, siendo solidarios, teniendo conciencia y responsabilidad
social vamos a salir reforzados de esta situación. Ya que esta es una lucha conjunta, no nos vale
la individualidad, ni minimizar el impacto de lo que hacemos, ya que nuestras acciones individuales
repercuten a nivel colectivo. Si nuestro pensamiento es del tipo “porque yo lo
haga no va a pasar ni cambiar nada…” ahí podemos estar instalados en un error
de pensamiento ya que en esta “lucha” dependemos unos de los otros, es como si
fuéramos un granito de arena en la playa, uno solo no hace la diferencia, pero
si no ponemos todos de nuestra parte y hacemos esfuerzos, nos llevará más
tiempo, recursos, salud…., salir de esta problemática. Es tiempo de ser
empáticos, y luchar en equipo y todos a una.
- Trabajar
nuestro desarrollo y crecimiento personal, mediante técnicas de autoconocimiento,
relajación, respiración, mindfulness…, esto nos ayudará a tener la mente
ocupada y a no dar paso tan fácilmente a nuestros pensamientos negativos y así
poder combatir nuestras respuestas de ansiedad y nerviosismo.
- Realizar
una buena planificación de nuestro día, vamos a intentar ser productivos, sin caer en
la justificación “tengo mucho tiempo…”, que no se nos olvide llevar una rutina,
ya que aunque estemos en casa, tenemos tareas y responsabilidades. Podríamos
diferenciar horario de entre semana y durante los fines de semana, haciendo y
distribuyendo nuestro tiempo de forma diferente. También podríamos ocupar
nuestro tiempo libre con aspectos que quizá en algún momento hayamos echado de
menos, por ejemplo recuperar una afición que no hayamos desarrollado por falta
de tiempo, ahora esa excusa no nos vale. Podríamos aprender nuevas capacidades
o habilidades que las hemos ido postergando por la falta de tiempo, pues puede
ser el momento ideal para realizarlas, motivémonos y vayamos a por ellas.
Os recordamos que para mayor información, o si necesitáis ayuda, estamos a vuestra disposición.
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